- Economía
- Gregory Beltrán
Ya es común escuchar “pásame QR” o ver en puestos de venta, restaurantes y otros servicios este sistema de pago que ha crecido exponencialmente en la ciudad de La Paz. El uso se ha extendido tanto que un lustrabotas decidió optar por este sistema de cobro. A fines de 2020 la cantidad de personas que empleaba esta forma de pago no llegaba a 50 mil, hoy son más de 2,2 millones de usuarios que realizan operaciones de cobro y pago con QR.
El QR es acrónimo de “quick response” o “código de respuesta rápida”, una recopilación de barras bidimensional que almacena información y se puede leer con un dispositivo móvil. Al escanearlo, el teléfono celular interpreta la información y muestra lo que contiene, como un enlace.
En mayo de 2019 la Administradora de Cámaras de Compensación y Liquidación (ACCL) lanzó QR Simple, en colaboración con las autoridades del sector y la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban). “Este medio de pago innovador e interoperable, ha contribuido significativamente a la inclusión financiera, permitiendo a personas, comercios, empresas y Fintechs acceder a servicios financieros de manera segura y eficiente, todos los días del año”, señala esta institución en su informe de septiembre.
Del total de las transacciones que se realizan por QR, el 49% se efectúa por montos menores a 50 bolivianos y ese porcentaje asciende a 88% para montos por debajo de 500 bolivianos. “Son resultados gratificantes, ya que reflejan la confianza de los usuarios, los que son cada vez más, porque el uso del QR continuará creciendo basado en sus bondades y facilidad de uso”.
Algunos servicios como los radiotaxis emplean este sistema de cobro, “especialmente cuando algunas personas no tienen dinero para pagar”, señaló un chofer de la empresa Armonía. Asegura que no todos emplean esta forma de pago, pero cuando el usuario no tiene efectivo es una gran alternativa.
El uso de QR ha llegado incluso a servicios que realizan cobros menores a tres (3) bolivianos, como el caso de un lustrabotas que trabaja principalmente en las mañanas en la avenida Arce. El joven, cubierto con un pasamontaña, no quiere acceder a una entrevista, pero asegura que decidió recurrir a esta forma de pago cuando un usuario le consultó si no aceptaba el pago mediante QR, “desde esa vez decidí usar este recurso”, es lo único que atinó a responder.
Según el reporte de Asoban a agosto de este año, el uso del QR Simple llegó a 208 millones de transacciones por un valor de 12.553 millones de dólares, mientras el informe de la ACCL a septiembre señala que creció a 247 millones de transacciones por casi 15 mil millones de dólares.
En 2021, en similar periodo de tiempo, solo se registraban tres millones de transacciones, al año siguiente subió a 22 millones y en 2023 se registraron 83 millones de transacciones. En monto se observa que en 2021 solo se movía mediante este sistema 221 millones de dólares, al año siguiente subió a 1.648 millones de dólares y en 2023 llegó a 5.784 millones de dólares.
ADMINISTRADORA
La ACCL fue establecida como una Sociedad Anónima en 2004, con el objetivo de promover el desarrollo del sistema de pagos de bajo valor a nivel nacional. Empezó como una Cámara de Compensación de Cheques, luego avanzó a la digitalización con la codificación magnética y los certificados digitales para mejorar la seguridad de este instrumento de pago.
Actualmente realiza transacciones de más de 600 mil cheques por 5.000 millones de dólares. “El cheque se mantiene como el segundo instrumento de pago alternativo al efectivo”, señala la institución.