• Seguridad
  • Carmen Challapa

16/2/2025.- Bolivia vivió un período de terror y zozobra cuando dos asesinos en serie provocaron pánico en el país. Una serie de crímenes de odio dejaron un rastro de muerte y destrucción que conmocionó a la población en general.

Los hechos de sangre se produjeron en diferentes periodos de tiempo, sin embargo, continúan las repercursiones del impacto que causaron, principalmente por algunas irregularidades que se presentaron a lo largo del proceso.

Richard Choque, considerado un psicópata sexual, asesinó a ocho mujeres y un hombre. Contactó a más de 77 víctimas a través de las redes sociales a través de perfiles falsos. Por otro lado, Jaime Cárdenas Pardo inició su vida delictiva a los 13 años, y confesó haber asesinado a 45 personas, en su mayoría mujeres.

La historia de Richard Choque

“No siente temor, es egocéntrico y no tiene piedad”. Así describió el abogado criminólogo Emilio Vizcarra al asesino en serie Richard Choque. Su perfil psicológico reveló que, aunque no le gusta ver sangre, sí le produce placer matar. Se lo considera un sociópata sexual desalmado, con trastorno antisocial y rasgos de conducta criminal, caracterizados por una pobreza afectiva.

En 2009, Richard Choque asesinó a su primo, Fidel León Choque. Cuatro años después, en 2013, secuestró y asesinó a una joven universitaria llamada Blanca, a quien había contactado a través de Facebook. Por este crimen, fue enviado al penal de Chonchocoro, pero tiempo después se benefició con la detención domiciliaria, lo que le permitió continuar cometiendo delitos.

En 2021, Richard Choque asesinó a dos adolescentes, Iris y Lucy, cuyos cuerpos fueron encontrados enterrados en uno de sus domicilios. Fue aprehendido nuevamente y enviado bajo detención preventiva al penal de Chonchocoro.

Sentencias

Este antisocial cumple cinco sentencias de 30 años de presidio por asesinato y violación, además de una sentencia de 15 años por los delitos de trata de personas, proxenetismo y pornografía, relacionados con el caso de las adolescentes Iris (15 años) y Lucy (17), a quienes posteriormente asesinó y enterró en el patio de su domicilio.

Si en Bolivia existiría la acumulación de penas, tendría que pasar 135 años encarcelado, sin embargo, por la normativa vigente en 2043 podría solicitar una salida alternativa a su condena y quedar en libertad.