Los feminicidios continúan y se incrementan, conmocionan a la población, empero, persiste la indolencia de la justicia y la molicie de la Policía. La colectividad protesta ante la recurrencia del ilícito, porque la protesta social, ante crímenes al ser más importante de la creación, consiste en haber opuesto al espectro del futuro, la realidad del ahora, para sacudir la conciencia de las autoridades y actuar en constante emergencia.

La complejidad de las emociones humanas no alcanza límite en las personas, por sus afectos y desafectos, sin embargo, estos, jamás deben expresarse en arrogarse el derecho de privar de la vida a quien disiente en el pensamiento dentro del matrimonio o unión tácita y diferencias en los conceptos, doctrinas y actitudes, así como libertad plena en sus aspiraciones profesionales.

Sin consideración al valor supremo de la vida se asesina impunemente a las mujeres que no se someten a las premisas dominantes de malos hombres. Cuando el neurótico no mata, acude a zaherir la dignidad humana que es un valor supremo, al prosaico insulto, a la calumnia, a presumir situaciones infamantes para la persona que las recibe y presentarlas anónimamente como verdades, a la desinformación como objetivo y a la perversidad y al sadismo, como acciones desestructuradoras de la estabilidad emocional.

El fenómeno es universal y el único medio razonable y aceptado por la generalidad es la ley bien concebida, moderna e implementada con drasticidad, ya que nadie puede alegar ignorancia de su, sino enfatizarla y perfeccionarla.

Todos los países se rigen por ordenamientos jurídicos y deben disponer de parlamentarios que adecuen periódicamente las leyes a las necesidades actuales de la población, que en sus prescripciones preserven la integridad de las personas, la ética y la moral, la intimidad y, sobre todo, la obediencia y cumplimiento fiel a la justicia, cuya transgresión será penada proporcionalmente al daño moral causado, que no es poco.

Alemania elaboró una ley para desterrar esta perversa práctica que se basa en la máxima “Taeter sollen leichter belangt werden”, que se traduce como la acción de perseguir fácilmente a los autores en los tribunales, más aun, la palabra leichter en alemán está escrita en superlativo para que se entienda que la ley preceptuará la persecución del o los infractores sin impedimentos de ningún orden, como ser excepciones, excusas, apelaciones u otro recurso sustitutivo o liberatorio.

Estos esfuerzos que realiza la nación más desarrollada culturalmente de Europa y del resto, como lo es sin duda Alemania, que perfecciona incesantemente su justicia, deben ser imitados sin tardanza por nuestros parlamentarios que disponen de la facultad de elaborar leyes y, con esa acción inmediata, paliar este execrable delito del feminicidio y la violencia intrafamiliar, cuyos autores se mofan de la convivencia pacífica.

Por: Raúl Pino Ichazo