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“Otra cosa es bailar con banda, hay mucha emoción”, dijo Briseis Nina, una joven integrante de la fraternidad Inspiración Central, que ejecuta el salay. Ella, es una de las miles de bailarinas que participaron de una danza liviana a devoción de la Virgen del Carmen, ayer en la Entrada Folklórica 16 de Julio, de la ciudad de El Alto.
Después de la procesión de la imagen de esta advocación mariana por las avenidas Juan Pablo II y Alfonso Ugarte, autoridades ediles, dirigentes de la Asociación de Conjuntos Folklóricos 16 de Julio y los prestes 2024 y 2025 bailaron una cuecas en la plaza 16 de Julio, donde estaba instalado el palco principal.
La alcaldesa Eva Copa fue responsable de imponer bandas a los prestes mayores de la próxima gestión.
“Pedir a Dios y a la mamita del Carmen vivir esta celebración con fe y alegría”, expresó la primera edil autoridad de la urbe alteña.
Después de finalizar el acto, más de un centenar de bailarines de la llamerada de la Escuela Municipal de Arte se abrió paso para que diferentes bloques de adolescentes y jóvenes muestren el colorido de su vestimenta y coreografía.
Luego fue el turno de los Potolos Chascosos y Pasposas. “Somos 21 bloques”, apuntó Carla Huanca, quien, junto unos 30 danzarines de su bloque, coreó: “Para ser potolo tienes que tener platita”.
Esta fraternidad se caracterizó por incluir a jóvenes bailarines en sus 20 bloques, similar particularidad se observó en Tinkus Centro Cultural Folklórico Ukamau Bolivia.
Según el rol de ingreso, de las 64 agrupaciones, 12 son morenadas, 32 fraternidades son de alguna danza liviana y 20 autóctonas.
Los pasos elegantes de las morenas también hicieron el deleite del público que bailó al son de bombos y platillos de las bandas.
A esta fiesta folklórica se sumaron extranjeros quienes no pasaron desapercibidos por sus rostros y sus pasos de moreno achachi, con bastón y sombreros.
Las bandas no se quedaron atrás también mostraron en el palco sus habilidades con los instrumentos de percusión.
Por: Aleja Cuevas