Entre atascados y ofuscados, los masistas gobiernistas —ante el gozo mal disimulado de los masistas opositores y los demás— muestran que no tienen pistas sobre que hacer ante el pantano económico que han creado por años y la asfixiante falta de monedas extranjeras, para importar los muchos bienes que demandamos y no producimos.

Presidente, ministros y otros proclaman que, un yacimiento por aquí, exportaciones de oleaginosas por allá y, más que nada, créditos de cualquier lado, nos salvarían del desastre. Los préstamos, lejos de resolver algo, solo incrementan la agonía del modelo (se llame “agenda patriótica”, “modelo comunitario”, o lo que quieran) cuyo curso de devastación, deuda y dependencia, ya fue detectado y anunciado hace una década al menos.

Por: Roger Cortez Hurtado Lea la nota completa comprando la edición impresa de La Prensa