Hace unos días, la empresa que más orgullo dio a Bolivia, el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), estaría celebrando su 99º aniversario. No cabe duda de que no hay un solo boliviano que no recuerde a esta aerolínea, reconocida internacionalmente por su eficiencia operativa y premiada en diversas ocasiones por la IATA. Durante sus años de servicio, el LAB obtuvo múltiples distinciones, incluyendo reconocimientos del Senado de los Estados Unidos. Fue la única empresa en Bolivia que adquirió aeronaves completamente nuevas, como los Boeing 737-100/200 y el único 737-300, marcando un hito en la historia aeronáutica del país. Boeing ha operado en Bolivia por más de 84 años, siempre con resultados excepcionales.
Lamentablemente, el LAB fue cerrado por decisiones políticas que dieron paso a la creación de Boliviana de Aviación (BoA), una aerolínea estatal que, a pesar de haber transcurrido más de 15 años, aún enfrenta cuestionamientos respecto a su manejo y servicio. Mientras tanto, las aerolíneas privadas como AeroSur, Amaszonas y Ecojet han hecho un gran esfuerzo por mantenerse en operación, siendo Ecojet la única que continúa con aeronaves propias. Por el contrario, BoA ha sido objeto de denuncias por deficiencias en el servicio y problemas financieros, lo que pone en duda la eficiencia de su gestión. Recientemente, exgerentes han señalado que la empresa ha sufrido pérdidas importantes, además de existir sobreprecios en ciertos ítems.
Trabajar en el LAB fue un honor para muchos bolivianos, quienes, gracias a la formación y experiencia obtenidas, hoy ocupan puestos destacados en aerolíneas de renombre mundial, como Copa Airlines, Qatar Airways y Emirates. Sin embargo, algunos extécnicos y pilotos, incluso aquellos que fueron parte del LAB, han decidido retirarse de BoA debido a un ambiente laboral poco satisfactorio. Sería conveniente que el Gobierno investigue las causas de esta situación y tome medidas para mejorar las condiciones en la empresa.
Hoy en día, los pasajeros bolivianos prefieren las aerolíneas privadas sobre la estatal. Es crucial que se consideren iniciativas para retomar las rutas internacionales que cubría el LAB, como México, Panamá, Bogotá, Washington, Santiago de Chile, Cancún, La Habana, Fortaleza, Iquique, entre otras. Permitir que otras aerolíneas extranjeras transporten a los pasajeros bolivianos implica una pérdida considerable de divisas, algo que nuestro país no puede permitirse.
Tuve el privilegio de ser director y presidente del LAB, y durante mi gestión tuve la oportunidad de abrir muchas de las rutas internacionales que operó con gran éxito. Es importante reconocer el esfuerzo y dedicación de grandes ejecutivos como Fernando Vargas, Limbert Cabrera, Carlos Moreno, Hugo Vargas (+), Alfonso Canedo (+), y Julio Roberto Lobo, quien demostró la destreza y profesionalismo de los pilotos del LAB al realizar un aterrizaje de emergencia que salvó varias vidas en el Beni.
El LAB será siempre recordado con orgullo por haber representado a Bolivia en el ámbito internacional como una aerolínea de excelencia.