• Economía
  • Gregory Beltrán

El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó el reporte económico al primer trimestre donde destaca el crecimiento en 1,31 por ciento, pese a las condiciones adversas que se presentan en el panorama internacional. Establece que en este mismo periodo de tiempo la industria manufacturera registró una caída del 2,90 por ciento afectada particularmente por el bajón en la industria de alimentos de un 5,51 por ciento. Esto se debe, según esta institución, al retraso en la campaña agrícola del sector soyero por los efectos climatológicos.

Debido al “tamaño” de este sector, el INE sostiene que su desempeño afectó también en el valor y volumen de las exportaciones, “así como a la disponibilidad de divisas, con la consiguiente generación de especulación en el mercado cambiario”.

INFORME

Según un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la caída en relación a 2023 en las ventas de soya se mantuvo en el primer semestre de este año. A junio, el descenso en valor fue del 20 por ciento, mientras que en valor llegó al 38 por ciento en el rubro soya y derivados.

Esto significa que se vendieron a mercados externos por encima de 1,4 millones de dólares en el primer semestre de 2023, mientras que la utilidad en este mismo periodo de 2024 el valor fue algo más de los 1,2 millones de dólares, menor en relación al pasado año.

El INE señala que la bajada en este rubro “afectó a la producción industrial de los derivados de esta materia prima (-34,8%) y su consiguiente exportación”.

El reporte consolidado de la gestión 2023 que presentó la entidad expone que el principal producto de exportación fue el oro metálico con casi 2.486 millones de dólares, seguido de las ventas de gas natural con más de 2.049 millones de dólares y las exportaciones de productos derivados de la soya superaron los 1.534 millones de dólares.

La entidad estadística agrega que, pese a que el contexto internacional continúa mostrando signos de crisis sistémica, “ha desacelerado la actividad económica a nivel global, complicado por el rebrote de problemas inflacionarios y el endurecimiento de las condiciones financieras, así como por los efectos del cambio climático que han afectado negativamente al ciclo productivo de todos los países, Bolivia no ha estado exenta de esta situación”. 

Pese a este panorama “y del limitado financiamiento externo público destinado para actividades productivas, la económica boliviana registró un crecimiento de 1,31 por ciento en el primer trimestre de 2024” respecto a 2023.