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En 2014, Bolivia alcanzó un récord en sus Reservas Internacionales Netas (RIN), registrando aproximadamente 15 mil millones de dólares. Este alto nivel de reservas fue un pilar fundamental para la estabilidad económica del país, respaldando la política monetaria y proporcionando un colchón frente a posibles shocks externos. Sin embargo, el panorama económico ha evolucionado significativamente desde entonces, presentando tanto desafíos como oportunidades, en especialmente en el contexto de la ecología política.
Según un comunicado del Banco Central de Bolivia (BCB) emitido en mayo de 2024, las RIN se han mantenido estables en el primer cuatrimestre del año, alcanzando 1,796 millones de dólares al 30 de abril de 2024. Este dato refleja una notable disminución en comparación con el pico de 2014, evidenciando las presiones económicas y las variaciones en el flujo de divisas hacia el país. En el marco de la ecología política, esta disminución de reservas se relaciona con la necesidad de revisar y transformar los modelos de desarrollo económico hacia prácticas más sostenibles y equitativas.
Varios factores han contribuido a esta disminución. Internamente, eventos climáticos como “El Niño” han afectado negativamente la producción agrícola, reduciendo las exportaciones. Además, la menor capacidad de producción de hidrocarburos y los retrasos en la aprobación de créditos externos han limitado el ingreso de divisas. Externamente, la volatilidad en los precios de los commodities y las condiciones económicas globales han influido en la estabilidad de las reservas. Estos eventos subrayan la interconexión entre los sistemas ecológicos y económicos, y la necesidad de políticas que consideren estos vínculos.
Para mitigar estos efectos, el BCB ha implementado políticas destinadas a fortalecer las reservas. Destaca la Ley N°1503 de Compra de Oro, que ha permitido la adquisición y refinación de oro, contribuyendo al aumento de las RIN. Hasta abril de 2024, se han adquirido 8.65 toneladas de oro, de las cuales 4.56 fueron compradas en el primer cuatrimestre de este año.
El destino de las RIN ha sido crucial para mantener la estabilidad económica. Han sido utilizadas para importar combustibles, garantizar el abastecimiento y mantener la política de subsidios, lo que ha permitido a Bolivia presentar una de las tasas de inflación más bajas de la región. Asimismo, las reservas han sido empleadas para el pago del servicio de la deuda externa, honrando todos los compromisos financieros programados. Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles y los subsidios asociados plantean desafíos para la sostenibilidad ambiental y económica a largo plazo.
En cuanto a las perspectivas futuras, se espera continuar con la compra y refinación de oro, proyectando la adquisición de al menos 10 toneladas adicionales durante 2024. Además, los desembolsos pendientes para proyectos de inversión por parte de organismos multilaterales suman 3,449 millones de dólares, lo cual representa una fuente significativa de divisas para la economía boliviana. Las exportaciones de productos como la urea, el GLP y la producción de empresas estatales también se perfilan como ingresos importantes para las reservas. Estas proyecciones resaltan la importancia de diversificar la economía hacia sectores más sostenibles y menos dependientes de la explotación de recursos naturales no renovables.
En conclusión, aunque las RIN de Bolivia han disminuido desde su pico en 2014, el país sigue implementando estrategias para estabilizarlas y fortalecerlas. Las políticas de compra de oro y la gestión eficiente de recursos son fundamentales para enfrentar los desafíos económicos y asegurar la estabilidad futura. No obstante, es crucial que estas estrategias se alineen con principios de sostenibilidad y justicia ecológica, promoviendo un modelo de desarrollo que respete los límites ecológicos y garantice el bienestar a largo plazo de todas las comunidades. La diversificación de las fuentes de divisas y la gestión prudente de las reservas serán esenciales para el desarrollo económico sostenido de Bolivia en los próximos años. Sino ¿quo vadis Proceso de Cambio?
Por: Enrique Alfonso Miranda