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  • Aleja Cuevas

En el callejón 8, entre las calles 6 y 7 de Villa Esperanza, El Alto, se destaca una casa de adobe con un mural de flores coloridas en el frontis. Su nombre es Altusa, y en su interior convergen tres colectivos: La chola contenta, Colectivera Tawayapu, y Sobras selectas. Este espacio cultural ofrece una amplia variedad de actividades culturales que van desde la gastronomía saludable hasta la música, la pintura mural y la puesta en escena de teatro.

Altusa surgió de la necesidad de contar con un espacio físico para estos colectivos, ya que incontables organizaciones culturales alteñas trabajan de manera autónoma, explicó Leina Orellana, representante de la Colectivera Tawayapu. 
“En El Alto, como en cualquier lugar, uno necesita una casa: un lugar donde llegar, ensayar, activar y trabajar territorialmente en un barrio”, comentó.

Fue así como las tres plataformas se unieron en la búsqueda de un lugar adecuado, y lo encontraron en una casa abandonada que decidieron alquilar.

En junio de 2023, comenzaron a remodelarla. Con pala y pico, transformaron el espacio: un piso de ladrillo y paredes forradas con maples de huevo y calaminas dieron forma al galpón donde el elenco de Tawayapu realiza sus movidas teatrales.

Pero Altusa no es solo teatro. El lugar acoge también otras artes, como el circo, el muralismo y las artes plásticas. Además, ofrece conciertos y talleres, detalló Orellana. “Nuestras obras se caracterizan por ser contestatarias, políticas y, sobre todo, por rescatar la memoria colectiva e histórica, algo que nos interesa profundamente”, apuntó la activista.

En octubre del año pasado, Alexis Argüello, director de Sobras Selectas, librería, editorial y biblioteca privada, celebró la apertura de su sucursal en Altusa, con la tradicional ch’alla.

“Había mucho por limpiar, pero este lugar, aunque pequeño, es acogedor”, dijo Argüello, quien se muestra orgulloso de su colección de 4.000 títulos, que van desde la sociología y la antropología hasta la filosofía, todos prolijamente ordenados en cajas plásticas.

Carla Casas, conocida como Luly, recuerda los primeros meses cuando los colectivos aún no tenían un espacio propio y se referían a sí mismos en un grupo de WhatsApp como “Los sin techo”. “Era necesario encontrar una casa amplia para los tres”, comentó.

El nombre Altusa tiene un significado especial. “Altusa significa una mezcla de construcción de adobe y ladrillo. En El Alto tenemos muchas altusas, lo que es simbólico y representa la historia que llevamos detrás, esta articulación de migrantes provenientes del campo y mineros”, explicó Orellana.

El tercer colectivo es La chola contenta, un emprendimiento de comida sin carne que promueve alimentos del altiplano. Abre sus puertas los jueves, viernes y sábados, desde el mediodía hasta la noche.

Según Argüello, la falta de interés de apoyo a las artes por parte de la Alcaldía hizo que emergan espacios como Altusa y otros como Waliki, Sisa Katari y Amta Café Cultural, de características similares. Desde la cultura se construye El Alto.